viernes, 7 de febrero de 2014

Mujeres Peter Pan


Peter Pan women
Lady Peter Pan


Se habla siempre de que los hombres no quieren madurar, de que tienen miedo a crear una familia, les asusta el compromiso y les dan pavor las responsabilidades, ya claro, como si la mujeres nacieran con un chip-familia-bebe-casa-cocina-limpia incorporado, como si no esperáramos otra cosa que plantar una casa, poner un huevo y planchar bajo la ducha...

Veo una película "romántica" americana, francesa o italiana, (españolas hay pocas de ese género...) y siempre se pinta a la  mujer como a una loca ansiosa por poseer un anillo o porque el anillo las posea tipo Gollum... Sí, nos retratan como a Gollum, como a un monstruo degenerado con un objetivo obsesivo, que nos lleven al altar con el bendito anillo. Siempre rodeadas de otras desdeñables criaturas histéricas con el mismo deseo.

Nadie habla de las mujeres Peter Pan o punk?..., de esas que no quieren ser desposadas, que no quieren reproducirse y que no les gusta pasar las tardes de los domingos en casa haciendo calceta, encaje de bolillas o, no sé, montando la aspiradora esa verde que se parece al inspector Gadget o mirando las cortinas de lino de lona y pensando que una es dos milímetros más larga que otra... Ahhhhhhhhhhhhhh!

Mujeres Peter Pan que no quieren responsabilidades o que no quieren que se piense que por el hecho de haber nacido niña tienen que saber hacer tartas, pasteles, asados, confituras, compotas y calamares en su tinta. Que les da igual de miedo y alergia el compromiso que a los de azul, chicas de cierta edad que no se resignan a que su momento se haya acabado, que quieren seguir ahí y sentirse vivas.

Exsite la creencia de que la hembra ha de saber planchar, barrer, remendar, cocinar y colocar desde pequeña y sobre todo de que disfruta y se siente realizada haciendo esas tareas, pues bien las hay que saben también descolocar y desordenar y disfrutan haciéndolo!

Por todo esto, rogamos a la empresa hollywoodiana, a los anuncios de fairy, a la tele, a la radio y a las omaítas que dejen de tratarnos a todas como a unas marujas y que dejen de tocarnos los bolillos del encaje con la Thermomix y sus accesorios.

Punto.



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